Una pared llena de libros, un mueble colorido y una lámpara modernista que cuelga del centro del comedor adornan la sala de la familia Quintero Vergara. El paisa Camilo y el sincelejano José redefinen lo que es trabajo en equipo. Una relación basada en la confianza y la comunicación para demostrar que el amor nunca tiene límites.
Hace casi un año que decidieron construir una vida juntos, en compañía de sus hijos “perrunos” Jugo y Shari, un schnauzer y un galgo afgano. Fue después de casi cuatro años de relación, cuando Camilo le propuso matrimonio a José en Cartagena. Hoy son una familia feliz, estable y sostenible.
¿El inicio? Tal vez fue el destino. Todo comenzó por Facebook cuando un amigo en común publicó un estado sobre el calor de Medellín; Camilo comentó: “Qué temperaturas tan estivales en la ciudad de la eterna primavera” y José curioso por la terminología usada y que hace referencia al verano, le dio un toque en la red social. Así de fácil se embarcaron en un camino juntos. Su primera cita fue a tomar café.
Desde ese momento comparten sus días. Los proyectos en pareja iniciaron, hoy tienen dos empresas. También, al tiempo, Camilo trabaja en la compañía familiar y José, forja una carrera como diseñador gráfico freelance y blogger de moda, en la que suma más de 48 mil seguidores en Instagram.
Ambos podrían definirse como el agua y el aceite. Uno es serio, tímido; le gusta hacer ejercicio y trabajar en su empresa. Su esposo es un adicto a la moda y extrovertido. Comparten el gusto por la comida, un plan que disfrutan más que salir a rumbear. Los domingos los dedican exclusivamente para pasar tiempo en familia.
Recuerdan que la anécdota más bonita fue el día de su matrimonio, al que asistieron más de 300 amigos y familiares, donde uno de los invitados, a raíz de la boda volvió a hablar, después de varios años, con su hermano homosexual. El apoyo de ambas familias ha sido uno de los pilares más importantes durante su relación.
¿Su futuro? Les gustaría adoptar un niño, ya que creen en la posibilidad de tener más integrantes en la familia, en educar una nueva generación y brindarle un hogar a un niño que lo necesita. Es claro que es una alternativa, por ahora lo más importante es la felicidad como pareja.
Esa felicidad la construyen a diario y se basa en los pequeños detalles: respetan el tiempo para cenar juntos, no tienen televisor en la habitación, José prepara el desayuno mientras Camilo sale a trotar y se comunican constantemente. Piensan como una familia.
LA HISTORIA DE AMOR CONTADA POR JOSÉ, EL SINCELEJANO
Hoy quiero abrirme con ustedes y contarles como comenzó la historia mas maravillosa de mi vida, para mi, una perfecta historia de amor que se escribe en la cotidianidad del día a día junto al ser mas único y especial del mundo: Camilo.
Tal vez fue el destino, pues toda la energía del universo se alineo para ese momento, un evento sencillo que voy a describirles a continuación:
El primer beso
Luego de una semana de estar juntos, sucedió una anécdota sobre nuestro primero beso: Estábamos en mi apartamento de soltero yo dándomelas de Psicólogo, mis suegros estaban separándose y yo quería ayudarlo un poco, entonces el me contaba sus problemas y yo los míos, así pasamos horas, yo deleitado escuchándolo, el divertido con mis ocurrencias, en fín, como a las 11:45 (me acuerdo perfectamente de la hora), me dice «bueno creo que ya debo irme esta muy tarde», a los cual respondí: dale mañana nos vemos. Cuando llega al carro me escribe por WhatsApp que se moría de ganas de darme un beso, y le escribí: Mañana (recuerde soy un chico difícil). Me acosté en la cama y a las 12:00 am, sonó el timbre de mi casa, y para mi gran sorpresa, era el con una gran sonrisa diciéndome: «Ya es mañana»…. me quede sin palabras por unos minutos y le di un besito. ¿díganme si no se lo merecía?
Así pasaba el tiempo, entre risas y muchas noticas de amor, la verdad nosotros nos reímos de todo y pasamos delicioso juntos… a los 6 meses de conocernos, decidimos vivir juntos, por asuntos prácticos dimos ese gran paso. No les niego que al principio fue dificil para nuestras familias, pero hoy en día son nuestro mas grande apoyo.
Fue después de cuatro años de relación, cuando Camilo (odia que le diga Camilo) me propuso matrimonio en la ciudad de Cartagena frente a mi madre, una prima y un amigo, en un restaurante llamado «El Gobernado» un día que les juro que jamás olvidare…
Luego de otro año de espera, llego el gran día, nuestro matrimonio, un día soñado en nuestra historia, fue el 24 de septiembre de 2017, nos casamos por lo civil en la mañana y luego nuestra fiesta en la noche. Mucho amigos y familiares estuvieron con nosotros, el amor estaba en el aire y nosotros lo disfrutamos al máximo. Solo se que partí muchas copas de champaña y que mi marido terminó bailando sobre una tarima (odia bailar).
La aceptación también estuvo presente, personas que fueron por compromisos con mis padres, terminaron comprendiendo que para el amor no hay genero y se que nuestras palabras ese día y las del sacerdote, ayudaron muchísimo a sus corazones. Un tío que era homofóbico, termino escribiendo un poema hermoso.
El futuro
Por otro lado, nos gustaría adoptar, creemos en la posibilidad de tener más integrantes en la familia, en educar una nueva generación y brindarle un hogar a un niño o niña que lo necesite. Es mas ya tenemos nombres y todo, FRANCHESCA y/o FEDERICO VERGARA QUINTERO.
Cortesía: El informador – My daily Clothes