Carlos Manuel Rodríguez Lozano «El Murciélago», uno de los mejores subalternos de las fiesta brava y que ha hecho parte de las cuadrillas de los mejores matadores de toros del momento, participó en las corralejas de Sincé ejecutando varias suertes. Conozcamos su historia.
Carlos Manuel Rodríguez Lozano son los nombres y apellidos de la figura que desobedeciendo a sus padres se lanzó a la aventura de conquista, de fama y dinero, en un ambiente complejo influenciado por el peligro y la descomposición social. Nació en Montelíbano un 16 de febrero de 1991. Signo acuario. Con voluntad a toda prueba cuando se marcan objetivos de superación. Hijo de Marcelino Emiro Rodríguez y Reinalda María Lozano. Desobedeció la orden paterna y materna, trabajó en ganaderías y así conoció la labor de ordeño, destete, herrajes, vacunación, curación, tienta y todos los oficios relacionados con el pastoreo de ganado bravo.
En Planeta Rica, en el trascurso de las festividades en honor a la virgen de la candelaria en el año 2000, conocí a un infante de nueve años de edad. Raza negra, cabello ensortijado, diminuta figura, comportamiento tímido y de sonrisa nerviosa. Niño con escasa fuerza para sostener en las manos, pesada capa y burlar las embestidas de peligrosos toros. Iniciaba el aprendizaje de jugar con la muerte en el escenario del binomio cultural: “toros y fandango”.
En la primera fiesta en corraleja que tuvo como escenario al municipio de Sabaneta, localizado en el romántico valle de Aburra, en 2004, en el marco de la feria de las flores, recibió el apoyo económico, moral y social, de un prospero comerciante antioqueño, que lo matriculó en la escuela taurina de Antioquia y le asignó un profesor particular, para que le enseñará a escribir y leer.
Causó admiración el valor y la capacidad artística para asimilar las enseñanzas del director de la escuela taurina de Antioquia, el matador de toros Luis Reyter. Con el apoyo del importante hombre de negocios de la capital antioqueña, realizó meritoria campaña novilleril, en distintos ruedos de la provincia colombiana. Dio muerte a estoque a 17 novillos, cortando 34 orejas. Fue sobresaliente de espada en los distintos mano a mano que realizó con toreros nacionales José Gómez “Dinastía”, quien lo invitaba alternar con él, en quites y banderillas.
Pero, por la inseguridad social reinante en la nación, el apoderado e impulsador económico, tuvo la necesidad de salir del país. A partir de ese entonces regresó al complejo mundo de la corraleja a vivir toda clase de fatigas y penalidades. Extraordinario artista en la suerte de banderillas, especialmente las banderillas al violín, sostuvo en las diferentes corralejas, organizadas por Carlos González Sánchez, varios mano a mano, con el sordomudo. En esas competencias taurinas, dejaron testimonio de valor e inteligencia.
Su comportamiento familiar le facilitó engrandecer su amistad con los más destacados manteros de esa época. Acostumbraba utilizar una capa con el frente y anverso de color negro, que colocaba a la altura de sus hombros, cubriéndose la espalda con la misma y sujetándola en la parte inferior, con las manos. Se paseaba en esta forma por el ruedo de la corraleja, antes de empezar la lidia de toros.
En una tarde gris y con amago de lluvia, realizaba la acostumbrada vuelta al anillo de la corraleja, en esa misma forma. Lucho Humanes ídolo del toreo de muleta en ese entonces, a manera de burla le dijo: “negrito, con la capa negra, el cielo gris, solo te falta volar y luna llena, para que te conviertas en el murciélago de la corraleja”. Este adjetivo, a partir de ese momento, lo utiliza como nombre artístico.
Por petición del exbanderillero antioqueño: Miguel Escobar “El Federal”, renuncia a la campaña novilleril y solicita vinculación a la sección de subalternos de la unión de toreros de Colombia. Entrena en la capital de la república con el que fuera figura de los banderilleros en el mundo taurino: Pablo Becerra “El Calica”, padre del matador de toros Joaquín Pablo “El Toti” y forjador de los matadores de toros Valentín Báez, Cesar Camacho, Sebastián Vargas y El Toti, entre otros.
Debutó como banderillero aspirante, en un ruedo de la provincia de Cundinamarca, en una corrida añeja y apretada de carnes. Sorprendió a los entendidos la forma magistral como bregó con la capa, colocó banderillas a los seis ejemplares y fue objeto de elogios por parte de la prensa taurina.
El matador de toros nacional Sebastián Vargas, resaltó las cualidades del negro y dijo que en ese joven, había una figura del toreo, como subalterno y le facilitó el dinero para que cancelara la afiliación a la sección de subalternos de la Unión de Toreros de Colombia.
Hoy, el joven e intrépido Carlos Manuel Rodríguez es conocido como ‘Garrido’ y pertenece a la cuadrilla de subalternos del matador francés Sebastián Castella. Salta como un gimnasta en espectaculares vuelos y no son pocos quienes lo consideran el mejor del momento.
Es posible y de acuerdo a la disciplina, en su vida personal y artística, con voluntad de hacer las cosas bien, con entrenamiento riguroso de toreo de salón y prácticas en el campo. Renunciando a su oficio de banderillero, se haga matador de toros. Estos hechos se han dado en muchas ocasiones. Los toreros de raza negra se caracterizan por que
son valientes, alegres, lidiadores, espectaculares y artistas en el segundo tercio de la lidia.
Recordemos que los toreros de raza negra, le abrieron las puertas y comercializaron a los toreros suramericanos. La dinastía Girón, conformada por Rafael, Cesar, Curro, Efraín, Freddy y José Luis Girón. Diestros venezolanos, igual que José Nelo “Morenito de Maracay”. Admirados y respetados en toda la península Ibérica, por la vergüenza y pundonor torero. De todos los nombrados, el más grande fue Cesar Girón que dejó huellas imborrables como artista de oficio y se hizo millonario como torero.
Por: Hernando Paéz Vega