ÁNGEL MIGUEL PÉREZ MARTÍNEZ.
Bajo el cálido sol de Sincelejo, un grupo de policías comunitarios llegó hasta el ancianato de la ciudad con una misión especial: brindar compañía, asistencia y alegría a los adultos mayores que allí residen.
Acompañados por miembros de la Policía Cívica Infantil, los uniformados llevaron donaciones de alimentos y desarrollaron una jornada de aseo y bienestar, asegurando que cada rincón del hogar quedara limpio y acogedor.
Pero más allá de las ayudas materiales, lo más valioso fue el tiempo compartido. Con sonrisas, conversaciones y juegos, los policías lograron iluminar el día de los abuelitos, muchos de los cuales no reciben visitas con frecuencia.
La iniciativa, enmarcada dentro del trabajo social de la Policía Comunitaria, reafirma el compromiso de la institución con los sectores más vulnerables y demuestra que la labor policial trasciende la seguridad, llegando a los corazones de quienes más lo necesitan.

Acompañados por miembros de la Policía Cívica Infantil, la policía Comunitaria llevó más que alegría a los adultos mayores.
“Es gratificante verlos felices. A veces, solo necesitan alguien con quien hablar y sentirse escuchados”, expresó uno de los uniformados que participó en la jornada.
La Policía Nacional continuará promoviendo este tipo de actividades, fortaleciendo lazos con la comunidad y recordando la importancia de valorar y cuidar a los adultos mayores, verdaderos guardianes de la memoria y la historia de la sociedad.